domingo, 1 de noviembre de 2009

MODULO EAR


La participación de los individuos en la comunidad virtual es primordial ya que el conocimiento se construye a partir de las aportaciones de los miembros de la comunidad, que son: profesores, alumnos, material y la interacción entre ellos.
Si bien es cierto que en los cursos virtuales participan personas que tienen conocimiento en el campo educativo, algunos tienen poca experiencia con lo relacionado a la tecnología, por lo que pone en duda su participación en los foros, por ejemplo, por no tener bien en claro cual es la función del mismo.
Lo que sucede cuando se integra una modalidad virtual, es que se encuentran con personas con un alto nivel de conocimientos y experiencias que también pueden influenciar en la participación activa de las personas de menor experiencia. De todos modos cada alumno tiene asignado un tutor, quien orienta y apoya su trabajo.
Barnett dice: Sin análisis, interpretación y comprensión, la información es ciega.
Es fundamental que el tutor cumpla adecuadamente con su rol, ya que debe marcar a sus alumnos las dificultades para que éste las modifique y pueda cumplir con los objetivos propuestos. Se debe apoyar al alumno que tengan necesidades, ya que a veces quedan ausentes porque sus compañeros cuentan con capacidades especiales y el tutor acompaña sus propósitos. También sucede que se generan relaciones que pasan a un terreno más personal, puede influenciar negativamente si no se tiene en claro el rol de cada uno. Tampoco pretender que el trato sea tan formal y directo, se debe mantener una relación intermedia, aunque se hace difícil acostumbrarse cuando hay ausencia físicamente, solo hay un teclado y una pantalla.
Todos tienen sus ocupaciones y esto demanda un tiempo extra, más cuando no se tiene habilidad en el manejo de las tecnologías y surgen otros tipos de contratiempos, como por ejemplo, dificultades técnicas. En este tipo de cursos se debe tener una buena predisposición, ya que se deben acomodar los tiempos y la manera de trabajar para que la tarea resulte eficaz, porque se habla de interacción alumnos y tutores, se hacen debates, análisis, porque el aprendizaje se logra a partir de conocimientos y proyectos en común, enseñanza y aprendizaje en un contexto de comunicaciones. En la modalidad a distancia el centro es el estudiante —el aprendizaje—. Indudablemente el cambio de modelo lleva al cambio de roles y esto dio y aún da lugar a una fuerte resistencia por parte de los actores involucrados. La del docente que se transforma en un facilitador, es decir, en un generador de apoyos al aprendizaje, teniendo que asimilar que no es el centro del saber y de producción de conocimientos, que su rol no es secundario sino fundamental al logro de buenos aprendizajes y que las prácticas en la modalidad a distancia no son de calidad inferior. Deberá aceptar además las diferencias en los ritmos y formas de aprender, respetando y valorando las posibilidades intelectuales de cada persona o grupo de estudiantes.
Al alumno, por su parte, se le exige en esta modalidad el cambio de un rol pasivo, de mero escucha, a uno activo. Incluso, en el nuevo modelo para los próximos años, el del conocimiento, cobra relevancia el aprendizaje en grupo, esto es, el individuo recibe la enseñanza en interacción con un grupo y esto exige un estudiante adaptable. En síntesis, el alumno debe ser generador de su propio conocimiento y este aprendizaje independiente requiere, en estos momentos, de un fuerte apoyo a fin de paliar la carencia de competencias para enfrentarlo.
Indudablemente, el proceso de cambio de un sistema centrado en el docente a otro centrado en el alumno implica pasar de una comunicación unidireccional a una bidireccional.
Si nos referimos al modo de comunicación docente-alumno, esto es, a las tutorías, hay quienes dan preeminencia a las instancias presenciales mientras que otros incrementan la mediatización de la tecnología. La experiencia llevó a inclinarse por ambas a fin de lograr un equilibrio que nos permitiera que el sistema de tutorías fuera, a la vez pertinente desde lo pedagógico, eficaz en los resultados y eficiente en términos de costos —en el caso de cursos de postgrado— y de capacitación en servicio.
Sobre el autor: • Hada G. Juárez de Perona; Profesora titular de la Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Córdoba.
Sonia Gómez.
Adriana Gewerc. Universidad de Santiago de Compostela. Interacciones entre tutores y alumnos en el contexto de comunidades virtuale
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